Antecedentes históricos
Según estudios arqueológicos, los primeros
pobladores de los valles y sierras del actual estado de Durango arribaron
hace aproximadamente 16 mil años y procedían del suroeste de
Norteamérica. El cultivo del maíz propició la sedentarización
de estos pueblos. Puede hablarse de la existencia de una época clásica
alrededor del año 500 d.C., vinculada con la cultura Chalchihuites,
que se desintegró aproximadamente en el 1200 d.C., debido quizás
a la intrusión de nuevas olas de inmigrantes, con los que se configuró
la gran variedad de grupos existentes a la llegada de los españoles.
Los indígenas que ocupaban los llanos, valles, quebradas y sierras
de Durango a principios del siglo XVI, debieron ser grupos semisedentarios
que combinaban la agricultura con la caza, la pesca y la recolección.
La conquista y colonización del norte de la Nueva
España se destacó por ser una empresa particular. La Corona
cedió todos los derechos a hombres prominentes para administrar y explotar
las riquezas a su arbitrio. Esto provocó que la violencia contra los
grupos nativos se intensificara, para obligarlos a trabajar en las minas.
Las órdenes religiosas fueron un factor importante en la congregación
de poblados para dichos fines. Aquellos que se opusieron huyeron a las partes
más inaccesibles de la sierra, pero hay testimonios de que los persiguieron
y destruyeron sus cultivos para obligarlos a trabajar. Todo esto propició
la extinción, reubicación, aculturación y rebelión
de los pueblos nativos. Los levantamientos armados fueron frecuentes desde
los primeros años. Hacia 1590, y luego en 1601, hubo grandes rebeliones
en las minas de Topia, antecedentes de la gran insurrección encabezada
por los tepehuanes en 1616, en la cual varios pueblos y reales de españoles
fueron saqueados. Las crónicas dan a entender que se trató de
un movimiento general donde participaron tarahumaras, coras, acaxes, xiximes
e incluso negros, con el objeto de expulsar a los europeos. El movimiento
de corte eminentemente mesiánico fue derrotado debido a la falta de
organización de los insurrectos.
ARTESANIAS
Las mujeres hacen ollas de barro, cajetes, platos vasos, tazas y jarros; en algunos lugares también usan la palma y palmilla para tejer canastas de diversos tamaños. Los hombres fabrican violines, bolas, arcos y tambores, bateas, cucharas y tallan figuras con madera. Unos tejen cobijas y fajas de lana con figuras geométricas.
Construyen cualquier tipo de vasijas u ollas de barro. La elaboración de las Artesanías Tarahumaras, en su gran mayoría son ollas de barro. Los Tarahumaras las elaboran en diferentes tamaños, diseños y colores (en caso que se quiera hacer colorida).
La elaboración de estas Ollas siguen las diferentes indicaciones:
1. Se prepara el barro.
2. Se le va dando la forma deseada.
3. Se mete en un horno para que el barro seque y así se endurezca. Luego, las decoran.
Los artículos de mayor demanda en el exterior, por
su rica decoración, son los morrales de estambre (de telar o punto
de cruz) y las redes (de ixtle o cordón plástico). Otros productos
solicitados son los sombreros de soyate decorados también con estambre,
los equipales y bancos, las pipas de carrizo y las ollas, comales y platos
de barro crudo sin decoración.
Hacen muñecos y animalitos rústicos con barro
para jugar, además de carritos de madera de hasta un metro de largo.
Se hace una que otra máscara de madera sin pintar para las fiestas.
Sin embargo, no se ha dado una comercialización sistemática
de estos productos.
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